No se habla de inmortalidad doonga (estás obcecado) se habla de vida eterna con un pero, para seguir viviendo = "En el día que comas,positivamente morirás" (obediencia).
Nada tiene que ver la perfección con el libre albedrío, no se debe incurrir en el error común de pensar que todo lo que se llama perfecto lo es en sentido absoluto, es decir, a un grado infinito o ilimitado.
Una cosa es perfecta en relación con el propósito o fin para el que su diseñador o hacedor la designa, o el uso al que la destina su receptor o usuario.
El significado mismo de perfección requiere que haya quien decida cuándo algo está completo, las normas de excelencia, los requisitos que han de satisfacerse, así como los detalles que son esenciales.
En última instancia, Dios, el Creador, es el Árbitro supremo de la perfección, Aquel que fija las normas de acuerdo con sus propósitos e intereses justos.