Pero resulta que el texto hebreo antiguo se perdió, y del Génesis y de todo el viejo testamento, el texto más antiguo que tenemos es el que fue escrito en griego (la Septuaginta). Y la Septuaginta dice que a Dios no le agradó el sacrificio de Caín.
Y eso coincide con lo que enseña el Evangelio cuando enseña que Dios no quiere sacrificios.