Además y desde una perspectiva ya totalmente centrada en el terreno de lo doctrinal, en el evangelio de Mateo se dice:

“No penséis que he venido a abolir las enseñanzas de la ley y los profetas; no he venid a abolirlas, sino a llevarlas hasta sus últimas consecuencias”34,

palabras que confirman claramente la actitud favorable de Jesús hacia la religión tradicional judía y no la necesidad de crear una nueva.

De conformidad con lo anterior, se cuenta más adelante en este mismo evangelio que Jesús concedió a una extranjera el favor de una curación, pero diciéndole primero: “Dios me ha enviado sólo a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”, lo cual era una clara muestra de que el propio Jesús –o, más exactamente, quien escribió este relato- consideró que su misión religiosa se debía centrar en su propio pueblo, en Israel, que tenía su propio Dios, Yahvé, y no en otros pueblos ni, por supuesto, en la humanidad en general. Conviene observar en este sentido la comparación que, según el narrador de este pasaje, hace Jesús entre los hijos y el pueblo judío, y los perrillos y los otros pueblos, pues es una clara muestra de la actitud particularista de Jesús frente a la posterior universalista de Pablo de Tarso, que no sólo defenderá la nueva religión, sino también su carácter católico o universal. Dice el pasaje mencionado:

“Jesús se marchó de allí y se retiró a la región de Tiro y Sidón. En esto, una mujer cananea y venida de aquellos contornos se puso a gritar:

-Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David; mi hija vive maltratada por un demonio.

Jesús no le respondió nada. Pero sus discípulos se acercaron y le decían:

-Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros.

Él respondió:

-Dios me ha enviado sólo a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.

Pero ella fue, se postró ante Jesús y le suplicó:

-¡Señor, socórreme!

Él respondió:

-No está bien tomar el pan de los hijos para echarselo a los perrillos.

Ella replicó:

-Eso es cierto, Señor, pero también los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.

Entones Jesús le dijo:

-¡Mujer, qué grande es tu fe! Que te suceda lo que pides.

Y desde ese momento quedó curada su hija”35.

Todas estas consideraciones demuestran que Jesús no pretendía fundar una nueva religión sino depurar la que él mismo había recibido durante su infancia… y durante su probable formación como esenio.

1 Mateo 1:16.

2 Mateo 1:18.

3 Lucas 1:34.

4 Lucas 1:35.

5 Lucas 3:23-38.

6 Marcos 1:1.

7 Mateo 27:46. Tales palabras –al igual que algunas otras supuestamente pronunciadas por Jesús- aparecen ya en Salmos 22:2. Parece que los redactores de los evangelios sinópticos se esmeraron en presentar como “profecías” algunos textos del Antiguo Testamento que en realidad inspiraron sus propios escritos con los que trataron de provocar la admiración de sus lectores al ver en las narraciones evangélicas una confirmación milagrosa de lo que se decía en diversos pasajes bíblicos. Otros pasajes del Antiguo Testamento que luego reaparecen en los evangelios son, por ejemplo, “no sólo de pan vive el hombre sino de todo lo que sale de la boca del Señor”, que aparece en Deuteronomio 8:3; “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, que aparece en Levítico 19:18, aunque referida sólo a “los hijos de tu pueblo”, es decir, a los judíos; “taladran mis manos y pies, puedo contar todos mis huesos […] se reparten mis vestiduras, echan a suerte mis ropas”, que aparece en Salmos 22:17-19; “en tus manos encomiendo mi espíritu”, que aparece en Salmos 31:6.

8 Mateo 28:18. La cursiva es mía.

9 Marcos 16:19.

10 Jn 7:16.

11 Jn 12:49. La cursiva es mía.

12 Hechos de los apóstoles 2: 32.

13 Hechos 5: 29-32. La cursiva es mía.

14 Hechos 7:56. La cursiva es mía.

15 Hechos 3:13. La cursiva es mía.

16 Hechos 4:27. La cursiva es mía.

17 Hechos 3:20-22. La cursiva es mía.

18 Mateo 7:1.

19 Hechos 10:38-42. La cursiva es mía.

20 Hechos 17:31. La cursiva es mía.

21 Pablo: Corintios 1 15:28. La cursiva es mía.

22 Lc 22:36.

23 Jn 18:10-11. También en Lucas 22:49.

24 Mateo 26:52.

25 Juan 18:10. En los otros evangelios se dice que uno de los que estaban con Jesús se enfrentó con la espada a quienes venían a prender a Jesús cortando la oreja de uno, pero no se menciona a Pedro.

26 Marcos 16:19.

27 Marcos 1:22. La cursiva es mía.

28 Lucas 24:51-52. La cursiva es mía.

29 Lucas 24:53.

30 “A los ocho días, cuando lo circuncidaron, le pusieron el nombre de Jesús” (Lucas 2:21).

31 Lucas 2:22.

32 Lucas 2:46.

33 Lucas 19:45-46.

34 Mateo 5:17

35 Mt 15:21-28.