Iniciado por
KIMO
Hay que ser valiente con alguien que te agrede fisica y verbalmente
por tu fe, por lo que tienes en el corazón.
Para salir predicar'cuando te puede costar
tu vida, hay que ser valiente.
Jehová nos ayuda con eso
dándonos su espíritu
para tener un corazón calmado y pacifico
para poder pensar claro
Jesús demostró una enorme valentía, imitamos a Jesus.
Estuvo dispuesto a hacer la voluntad de Dios aunque sabía
que eso implicaba sufrir la vergüenza de que lo acusaran de blasfemia y lo ejecutaran
A Mesac (Misael) se le llevó cautivo desde Jerusalén a Babilonia junto con otras personas,
entre ellas Joaquín, en el año 617 a. E.C. A Misael, Azarías, Hananías
y Daniel se les sometió a un período de aprendizaje de tres años en la corte real,
y al final del mismo superaron a los propios consejeros del rey
Durante este tiempo, su devoción a Dios permaneció inquebrantable,
pues hasta rehusaron contaminarse con los manjares del rey. (Da 1:8-16.)
Daniel alcanzó luego un puesto gubernamental elevado en la corte del rey, y a petición suya,
Nabucodonosor nombró a
Mesac, Sadrac y Abednego
sobre la administración del distrito jurisdiccional de Babilonia. (Da 2:48, 49.)
La atención del rey se centró de nuevo en Mesac y sus dos compañeros,
cuando se negaron a inclinarse ante la colosal imagen que Nabucodonosor
había erigido delante de los restantes funcionarios del gobierno.
Tenían plena fe en Jehová, por lo que rehusaron adorar a los dioses del rey.
Fuera que Dios los librase del horno ardiente o no, mantendrían su integridad
más bien que transigir para que se les librara.
(En Heb 11:34, 35 se habla de los que “detuvieron la fuerza del fuego”
y que “rehusaron aceptar la liberación por algún rescate,
con el fin de alcanzar una resurrección mejor”.)
Debido a la fe que mostraron, Jehová utilizó un ángel para salvarlos.
De hecho, cuando salieron, “el olor del fuego mismo no les había venido”.
Nabucodonosor, que se había encolerizado tanto que antes de arrojar en el horno a los tres hombres,
había ordenado que se calentara siete veces más de lo usual,
reconoció entonces el poder del Dios de ellos para librarlos.
Además, emitió una orden para que se desmembrase a cualquiera
que dijese algo malo contra el Dios de Mesac y se convirtiera su casa en excusado público. (Da 3:1-30.)