Doonga
Pero la sociedad también debe ser capaz de contener a todos los humanos, asunto que tu niegas de plano: para ti, la sociedad solamente debiese aceptar a los seguidores de tu religión.
Lo primero, la aceptación de todos los humanos, independiente de su credo es lo que yo postulo, e imagino que Loma igualmente lo postula.
«Cuenta la leyenda que, durante la era glacial, muchos animales morían a causa del frío. Los puercoespines, ante esa dramática situación, decidieron vivir en grupo para darse abrigo y protegerse mutuamente. Pero las espinas de unos herían a sus vecinos más próximos, justamente a aquellos que les brindaban calor y protección.
Decidieron, pues, separarse. Pero el frío amenazó con exterminarlos. Tuvieron entonces que tomar una decisión: desaparecer de la faz de la tierra o aceptar las espinas de sus vecinos. Y sabiamente resolvieron volver a vivir juntos.
Aprendieron así a sobrellevar las pequeñas heridas que ocasionaba una relación muy cercana, sabiendo que lo importante era la presencia y el calor del otro. Y sobrevivieron. En toda convivencia, el comportamiento de unos puede herir la sensibilidad de otros. Pero no es excluyendo a los diferentes como se forma la verdadera comunidad, sino incorporando a todos y aprendiendo a aceptarlos. No se trata de tolerarlos, sino de valorarlos y reconocer que, así como son, tienen una riqueza que aportar al mundo y a la sociedad. En algún momento hay que abandonar las interpretaciones obsoletas e inaugurar una nueva mirada religiosa.
No importa el tiempo que llevemos predicando otras ideas. Porque, como dicen los sabios, reconocer que estuvimos equivocados equivale a decir que hoy sabemos más que ayer.»
(Álvarez Valdés, Ariel. Nuevos enigmas de la Biblia.)
La Verdad nos hará libres.