Me da asco comprobar cómo personas que, al igual que yo, diariamente se aprovechan de los descubrimientos y avances de la Ciencia (no estamos viviendo como nuestros antepasados de las cavernas), cuestionan sus logros (de los cuales están haciendo uso en ese momento), y contraponen dichos y sentencias emitidos en la edad del bronce por nadie sabe quién.
Ya les hubiera gustado a los “famosos profetas” del Antiguo Testamento vivir como vivimos ahora. Seguro que tendrían un lujoso apartamento en Benidorm. Al que irían después de dar la vara al político de turno.
La Verdad nos hará libres.