Una de las cosas en las que Kimo está equivocado es al justificar la ley de la espada que se encuentra en las cartas atribuidas a Pablo, pues el Evangelio no justifica el matar a las personas, sino todo lo contrario, pues Jesucristo manda perdonar, amar incluso a los enemigos y tener misericordia con todos. Hay que ser fieles a lo que enseña el Evangelio y no contradecirlo.