No me extraña ningún poquito que tu hermano Eli me deteste y me odie.
Y eso no es reciente, sino que desde siempre ha sido así.

Porque no soporta que se le ponga en evidencia.
Vostros, los TJ, sois de una arrogancia increíble,
os han convencido que sois poseedores de la verdad,
y os han llenado la cabeza con la visión que tiene vuestra secta.

Es insólito que al hablar con cualquier testigo de jehová,
sus opiniones sobre cualquier cosa son idénticas y calcadas,
y son las que aparecen publicadas en vuestra revista Atalaya,
o en vuestro sitio web.

Así, solo a manera de un ejemplo, han consultado a uno de los más conocidos
sismólogos para obtener su opinión sobre la frecuencia de los terremotos
comparado con la frecuencia histórica,
y han publicado una versión totalmente tergiversada de sus opiniones,
que incluso él ha escrito una carta denunciando del fraude.

Pero todos los TJ, sin excepción, recitan como ovejas esas conclusiones
falsas publicadas por vuestro sitio, y por vuestros panfletos vergonzosos.

A ese patetismo me refiero, a esa negación de la verdad,
y a ese método siniestro de lavar los cerebros de vuestros hijos.

Es una vergüenza. -- y son esas verdades que tu hermanito detesta que
se mencionen en los foros donde desea llenarle la cabeza de caca a quienes
leen.

Y luego tu hermanito se pone a llorar porque lo contradicen,
o porque se pone en evidencia las estupideces que copia de las publicaciones
de vuestra secta.