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Loma_P
Ya enunciada por Pablo de Tarso cinco siglos antes. La espada militar y política, la del verdugo que corta cabezas, está a las órdenes de la espada clerical. Por tanto, todos los crímenes cometidos contra la Humanidad por la espada del verdugo deben atribuirse a la mano espiritual que la mueve: la Iglesia. A veces, muchas veces, la Iglesia, por ser ella misma una corporación con poder militar y espiritual, no ha necesitado de otros poderes para degollar e incinerar por su propia mano a sus enemigos. Conozcamos algunos de estos monarcas y emperadores que, además de asesinos contra la Humanidad, fueron proclamados santos por la Iglesia católica. El emperador Constantino I el Grande, elevado a la santidad por los cristianos.
Una de sus hazañas, que le dio la victoria sobre Majencio, la de Puente Milvio, la inició bajo el emblema “Con este signo vencerás”, el signo era la cruz de Cristo, pintada en los escudos de sus soldados. Satisfecho con el dios católico entregó en donación al papa Silvestre I un hermoso palacio que debía transformar en Iglesia para dar gloria a dios. Legalizó a los cristianos y se pasó el resto de su reinado persiguiendo a los paganos. A tos los miles de habitantes del Imperio que no se sometían al nuevo y único dios del Imperio y del emperador. He aquí la manera de difundirse y consolidarse el cristianismo, por la mano ensangrentada. Este mismo emperador convocó e impuso la doctrina del “credo” en el primer concilio de Nicea para terminar con los arrianos, que fueron perseguidos y uno por uno degollados.
La Iglesia se convertía, como siglos después hará con Mussolini, en el instrumento de control de los súbditos del emperador, como garantía de la unidad política del Imperio. Otro emperador, Teodosio I, el grande, también elevado a los altares, y con razón, hizo del cristianismo la única religión oficial. La religión del Estado. Automáticamente todas las milenarias religiones fueron declaradas ilegales, sus fieles perseguidos y asesinados y sus templos y riquezas transferidos a la Iglesia católica. La biblioteca de Alejandría fue destruida y los cristianos ocuparon los cargos públicos que habían estado en manos de las otras milenarias religiones. Teodosio I tenía la habilidad de publicar “decretos” para destruir a los no cristianos. Otro emperador, Carlomagno, se asoció a la Iglesia e hizo de ésta su instrumento de control y unificación política de los súbditos de su imperio. Bajo el signo de la cruz conquistó a todos sus enemigos y los del papa, lombardos, sajones, bávaros, eslavos, ávaros, y a los que no convirtió los degolló. El papa le coronó emperador por la” gracia de dios”.