Tú ilusión y tu fantasía es pensar que nosotros tenemos esa ilusión y esa fantasía, pero nada más lejos de esa imaginación que tienes de ateo.
No necesitamos esfuerzos ni fantasías Jesucristo nos ha elegido desde el vientre de nuestras madres para creer en El, y eso no lo puede decir todo el mundo.