Cita Iniciado por Elisabet* Ver Mensaje

El pecado es la infracción de la ley. Y cuando Jesucristo vino al mundo, enseñó los verdaderos mandamientos de Dios, porque la ley de Dios había sido cambiada en mentira y el mundo no conocía la verdadera ley de Dios sino que seguía muchos preceptos de hombres.

Y ese era el pecado del mundo. Entonces Jesucristo, al predicar el Evangelio y enseñar la verdadera ley de Dios, quitaba el error o pecado del mundo, por eso Jesucristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Entonces después de que Jesucristo enseñó la verdadera ley de Dios, la abominación de la desolación es poner los preceptos de los hombres en el lugar santo, donde debería estar la verdadera ley de Dios.

Así que no debes ignorar que Jesucristo dice que el amor de muchos se enfriara porque se ha multiplicado la infracción de la Ley. Y cuando habla de la abominación de la desolación en el lugar santo, dice "el que lea entienda". Te lo vuelvo a recordar:

Mateo 24:11
Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
24:12 y por haberse multiplicado la infracción de la ley, el amor de muchos se enfriará.
24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
24:14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
24:15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
24:16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes...

Lo que se lee es lo que está escrito. Por tanto, son las Escrituras, que son el lugar santo cuando enseñan la verdadera ley de Dios, pero vemos en ellas la abominación de la desolación cuando enseñan los preceptos de los honores en lugar de la verdadera ley de Dios

Cita Iniciado por KIMO Ver Mensaje
El único problema con eso es que esa ley solo se le dio a los Judíos
y Jesús murió por todos los residentes de la tierra.


Jesús murió por todos los habitantes de la Tierra porque aunque la ley fue dada a los judíos era para todos los pueblos de la tierra, porque la ley de Dios fue dada para siempre y para todos los pueblos de la tierra.