En algún otro lugar refutamos la forma de pensar que confunde el estalinismo con el pensamiento de Marx. Cuando se habla de Stalin y su discurso, no tiene que ver con Marx por más que Stalin se proclame marxista y más específicamente marxista leninista. No, en efecto, una de las capacidades críticas del pensamiento crítico y analítico es saber diferencias los planteamientos de uno y otro lado. Este principio básico es el que al no ejercerse; entre otras cosas porque Marx no es leído y los pocos que lo leen pocos lo entienden; se tiende a confundir lo que sucedió en la URSS con lo que plantea Marx, por el sólo hecho de que el Estado ruso se proclamó marxista. Entender una cuestión de gran magnitud requiere un trabajo intelectual del tamaño de desentrañar la diferencia entre ambos. Esto no tiene que ver ni con la situación personal de cada quién, ni con sus vivencias personales. Tiene que ver en cambio con un ejercicio intelectual serio en el que no sólo se lea, se entienda la obra, sino que se tenga la capacidad de conocer a fondo la historia de lo que sucedió.

La historia es hoy por hoy un ejercicio complejo que no se reduce a la narración de hechos y al enunciado de datos. La historia desde Tucídides se distingue porque trata de explicar los hechos y para ello es imposible sin poder comprender el pasado. Hans Georg Gadamer basa su juicio de que es en esa comprensión donde se encuentra el punto nodal de la construcción de la consciencia, en el que la historia es su lugar privilegiado.