Si eres creyente, no admitas intermediarios entre Dios y tú.

Si confías en intermediarios, te serán necesarias dos clases de fe: tu fe en el intermediario y tu fe en Dios.

Dios está en todos los sitios. Está en ti. Nadie tiene que llevarle recados, ni nadie tiene que traer recados suyos.

Esa es una de las cualidades de Dios: es Omnipresente.

Elimina los intermediarios. Ellos nunca te llevarán a Dios.