Seguramente un creyente de ciudad lee este pasaje y se queda tan tranquilo.

Distinta es la reacción de un creyente que se haya criado en el campo; que conozca lo que es una zorra o zorro.

¿Habría trescientas zorras en aquellos entornos?

Hay que tener en cuenta que por aquel entonces todavía no existía Amazon.

…Y el atarlas cola con cola ¡Pero si las zorras muerden!

¿Y estas batallitas es el medio que emplea Dios para comunicarse conmigo?

“Así que fue y cazó trescientas zorras, y las ató cola con cola en parejas, y a cada pareja le amarró una antorcha; 5 luego les prendió fuego a las antorchas y soltó a las zorras por los sembrados de los filisteos. Así incendió el trigo que ya estaba en gavillas y el que todavía estaba en pie, junto con los viñedos y olivares”.
(Jueces 15:4-5 NVI)