Iniciado por
Teheran
Pues bueno, esa imagen de Penélope sentada para siempre en su banco de pino, esperando al amante para siempre, me recuerda a los judíos que tanto han esperado al Mesías que se siente en el trono de David, a los cristianos que han esperado el retorno de Jesús, e incluso a los musulmanes que también esperan su Mesías o Mahdí, sobre todo los de la tradición shiita (si bien los sunnitas también creen que Jesús regresará, y orará en una mezquita).
También, por cierto, hay fuertes tradiciones mesiánicas entre el budismo e hinduismo.... por no hablar de religiones de las civilizaciones mesoamericanas o andinas.
Penélope, ahí sentada con sus zapatitos de tacón, finalmente se encuentra atrapada en una imagen de cómo su amante debe lucir.
Extendiendo la metáfora hasta el extremo, podríamos imaginar incluso que, aunque el amante quiso decir simplemente que volvería antes del otoño, Penélope puede llegar a negar al amante porque uno de los signos de su llegada sería la caída de las hojas de los sauces, cosa que no ha ocurrido, o por lo menos no de forma generalizada, y ese hombre que supuestamente declaró ser el amante retornado ya se fue y las hojas siguen tan pegadas a las ramas como siempre.
¿Será posible que este mundo que nos parece descompuesto se encuentre en realidad en transición hacia algo maravilloso?
¿Será posible que, en un sentido metafórico, los muertos estén resucitando, las trompetas estén sonando, y Cristo, "como relámpago que sale en el Oriente y se pone en Occidente" esté siendo anunciado?
¿Qué consecuencias prácticas tiene el quedarse sentado en el banco, esperando el tren, versus subirse al tren y partir con el Amado?
Para mí, se los adelanto, la principal consecuencia práctica es que quienes creemos que el Cristo ya vino, estamos empeñados en construir un mundo mejor AHORA, y nos sentimos RESPONSABLES de hacerlo.
En cambio, quienes esperan en el banco creen que un evento sobrenatural EXTERNO es el que cambiará las cosas, porque están ya demasiado podridas como para que nosotros podamos hacer algo.