Las cronicas neotestamentarias afirman que el cuarto de los patriarcas, de nombre Enoc escribió el "Libro de Enoc". Algunos pretenden que Enoc no escribio nada y que el libro de Enoc es un panfleto judio del siglo primero AC, que ni los judios consideran escritura sagrada. Lo mas ridiculo de los negacionistas es que tambien negaban que hubiera existido Enoc. O sea, que pretendian saber mas que las cronicas neotestamentarias, probadas veridicas y relato fiel de los acontecimientos acontecidos en la epoca en que acontecieron.
La sorpresa de estos escepticos fue mayuscula, enmudecieron y corrieron a esconderse en sus madriguera de topos cegados, cuando se les presentaron pruebas arqueologicas recientemente descubiertas.
El descubrimiento, publicado en el proximo número de la prestigiosa revista Ecos Diluvianos, fue realizado por investigadores de la Universidad Biblica Havila, con sede en la desembocadura del rio Pison. Anteriormente habian anunciado que en las labores de desraticizacion del casco incorrupto del Arca de Noe, se había encontrado lo que podriamos llamar el primer borrador de los diez mandamentos, cincelado en una piedra con forma de puerta de arco rebajado. Tres minuciosas medidas y laboriosos cotejos se hizo evidente que era la puerta de un palomar. Algunas viejas estelas armenias dedicadas a marineros los muestran con palomas en el hombro unas veces, otras estas otean el horizaonte posadas sobre cubículos con puertas exactas a la del arca, a cuyo lado se ve un timon. Era, por tanto, en la cabina del timonel donde habia que buscar. La cabina del arca de Noe quedo destruida seguramente al bajar los animales atropellandose unos a otros, ya que se conservan algunas tablas con huellas de perodactilos.
Gracias a estos precisos y preciosos datos y restos, los especialistas han podido reconstruir en una impresora 3D el palomar a dimensiones naturales con materiales del arca. Una vez acabado lo abrieron solemnemente para la fotografia y el reportaje de la apertura de la puerta. No esperaban enontrar gran cosa, un poco de guano quizas. Las camaras enfocaron el interior y, antes que los propios arqueologos, historiadores y filologos, todo el mundo pudo contemplar en directo que en su interior, sobre las miasmas, habia una ramita verde y sobresalía medio enterrado un rollo de papiro atado con un junco. No podia caber duda: aquel palomar era el de la paloma que pinto Picasso.
Los especialistas determinaron que la rama no era de olivo, sino de acebuche, árboles que se confunden con facilidad desde lejos o si no se tiene buena vista. Estudiara los pairos ha llevado mucho mas tiempo y han intervenido los mejores especialistas de todo el mundo: de donde era el papiro, que goma se utilizo, cual es la composicion de la tinta, que clase de calamo se uso, quien entendia aquella lengua. Fue gracias a Sitchin, el gran erudito especialista en annunakis, que pudo leerse al fin.
"No es el original", comento en la conferencia de presentacion, "que deberia estar escrito en tabletas de arcilla y hubiera ocupado mucho espacio. Se trata sin embargo de una copia perfecta, identica, sin errores". "Sin errores?", le preguntaron, "¿como se sabe eso?" "Se sabe porque es inerrante", aclaro. "Y como se sabe que es inerrante?, insistio un asistente. "Porque la hemos repasado y no hemos encontrado errores".

El parpiro papiro empieza asi: "Yo Enoc, hijo de Jared, hijo de Set, padre de Matusalen, bisabuelo de Noe, aunque en plena juventud, ya que solo solo tengo 360 años, agobiado por negros presagios, me dispongo a escribir este libro para dejar al mundo, pensando sobre todo en Moisés, la memoria de estos tiempos, desde la creacion".

Asi queda probado por este hallazgo arquologico sin par, que Enoc escribio el libro de Enoc. Chupense esa, escepticos.