No debes olvidar que Jesucristo abolió muchos mandatos del Viejo Testamento porque no eran verdadera Ley de Dios, como la ley que ordenaba a los hombres hacer "ojo por ojo y diente por diente" y que está escrita en Levítico no como una situación o caso puntual, sino como ley para que se aplicara a todos los que causaran lesión en su prójimo:
Levítico 24:19-20
"Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho: rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él".
Y esta ley quedó abolida por Jesucristo porque no era Ley de Dios, sino un precepto de hombres, pues Jesucristo no había venido a abolir la verdadera ley de Dios.