Tú siempre niegas las profecías de Jesucristo pero aseguras lo que ocurrirá como si tú fueras el que profetiza cosas que, según tú, se cumplirán.
Pero tú no nos traes esperanza ni palabras de vida. Jesucristo es nuestra única esperanza, que nos entregó palabras de vida y que puede acabar con todo el dolor y con la muerte