En un trabajo expuesto en la Academia Nacional de Historia y Geografía el 23 de noviembre de 1949 en la que asistieron miembros del Ateneo Nacional de Ciencias y Artes de México de la rama mexicana de la Unión Racionalista de París como homenaje a Salvador Alvarado ilustre divisionario asesinado en el rancho El Hormiguero, durante la rebelión De la Huertista:

Expone el Dr. Miguel Alonzo Romero:


Conocí al Gral. Salvador ALvarado, a raíz de ocupar Yucatán, con un aparato bélico más a propósito para conquistar hordas, que para someter a un haz de de ilusos mal pertrechados, peor dirigidos, auténticamente suicidas, azuzados por quienes en los momentos más críticos ahuecaron el ala llevándose los fondos destinados al sostenimiento de lo que fuera la aventura tan digna de ser cantada por Homero, como dolorosamente estéril.Es evidente que así lo comprendió el "General en Jefe del Cuerpo del Ejército del Sureste" que ya en su primer acuerdo al cesar el fuego consistió en expulsar de sus abominables "Brigadas de ka muerte", a los generales sobresalientes del socorrido deporte de asesinar prisioneros y apoderarse de cuanto haya a su paso.

Debo decir, para descargo del General Alvarado, que no obstante la consigna de ahogar con tártara ignominia aquel gesto de protesta provocado por los merolicos del carrancismo, no dejó de poner medios para rehuirla. Don Juan Zubirán, uno de los civiles que le acompañaron, refiriéndome "que el propio Alvarado lo autorizó a ofrecer a Ortiz Argumedo, Jefe del movimiento, y a otros cuatro cabecillas, "que se haría justicia en el Estado si los rebeldes deponían su actitud". Siendo comisionado para el efecto Saúl Manzano, a quién como única recompensa de su embajada en pro del terruño, se le internó en la penitenciaría de Mérida. Ya en la Capital Yucateca el General Alvarado cambio de técnica, convencido de la infamia de que por enésima vez era objeto aquella desafortunada entidad de la República por por parte del Centro.
Continuará