Pues me alegro mucho que después de tantos años al fin
aceptes el evangelio y sus enseñanzas
Hay que guardar todo los mandamientos de Jesús
por que son los que le enseño su padre.
(Juan 8:28) Entonces Jesús dijo: no hago nada por mi cuenta,
sino que digo lo que el Padre me enseñó.
(Juan 7:15, 16) Los judíos estaban asombrados y decían:
“¿Cómo sabe este hombre tanto de las Escrituras,
si no ha estudiado en las escuelas?”.
16 Entonces Jesús les contestó:
“Lo que yo enseño no es mío, sino del que me envió.
Lea Gálatas 6:2
Sigan llevándose las cargas unos a otros,
y así cumplirán la ley del Cristo.
“La ley del Cristo” incluye todo lo que Jesús enseñó.
¿Cómo enseñó Jesús a las personas?
Primero, con sus palabras.
Estas tenían fuerza porque enseñaban la verdad sobre Dios,
el verdadero propósito de la vida y que el Reino de Dios
es la única solución para el sufrimiento de la humanidad (Luc. 24:19).
Jesús también enseñó con el ejemplo.
Su*forma de vivir les puso el modelo a sus discípulos (Juan 13:15).
¿Cuándo enseñó Jesús? Durante su ministerio en la Tierra (Mat. 4:23).
También enseñó a sus seguidores poco después de haber resucitado.
Por ejemplo, se apareció a un grupo de ellos,
quizás a más de quinientos, y les dio el mandato de hacer discípulos
(Mat. 28:19,*20; 1*Cor. 15:6).
En*su papel de Cabeza de la congregación,
siguió enseñando a sus seguidores después de regresar al cielo.
Por ejemplo, hacia el año 96,
dio ánimo y consejos a los cristianos ungidos
mediante el apóstol Juan (Col. 1:18; Rev. 1:1).
¿Dónde quedó registrado lo que Jesús enseñó?
Los cuatro Evangelios
narran muchas de las cosas que él hizo y dijo en la Tierra.
El resto de las Escrituras Griegas Cristianas
nos ayudan a comprender mejor la manera de pensar de Jesús,
pues sus escritores fueron inspirados por el espíritu santo
y tenían “la mente de Cristo” (1*Cor. 2:16).
Lecciones: Las enseñanzas de Jesús son útiles en todo aspecto de la vida.
Por eso, la ley del Cristo influye en lo que hacemos
en la casa, en el trabajo o la escuela, y en la congregación.
Aprendemos de esta ley leyendo las Escrituras Griegas
y reflexionando en ellas. La obedecemos poniendo en práctica
las instrucciones, los mandatos y los principios
que hallamos en esta porción de la Biblia.
Al seguir la ley del Cristo, en realidad
obedecemos a nuestro amoroso Dios, Jehová,
de quien proviene todo lo que enseñó Jesús (Juan 8:28).