“Ellos cuelgan – en honor y exaltación de Jesús y los doce apóstoles – a los indígenas en grupos de a trece, de manera que sus pies apenas tocan la leña de las fogatas. Al quemarse, la soga se cierra cada vez más”.

“La Iglesia cristiana estaba más empeñada en la explotación de la nueva tierra que los gobernadores mundanos.“ 10) pág. 120

“En 1495 el papa Alejandro VI promulgó la bula Intercaetra: ”… Que hay que someter a los pueblos bárbaros y llevarlos al verdadero credo.” 10) pág. 120
“El papa supervisaba … la entrega de certificados para la cacería, que les fue extendido a los europeos para el robo y saqueo.” 10) pág. 121
Un noble Inca dijo: “Lo que se refiere al papa del cual ustedes hablan, debe ser un demente si piensa regalar tierras que no le pertenecen …” a esto un monje gritó: “¡Atacad de inmediato! Yo os doy la absolución.”10) pág. 124.125

El cronista Bartolomé: “Ya dije que los españoles mantienen perros sanguinarios que estaban adiestrados para estrangular y despedazar a indígenas … para alimentar a los perros, llevaban en sus marchas una cierta cantidad de indígenas encadenados y que eran conducidos como un tropel de cerdos. Se los trocea y se ofrece abiertamente carne humana. Entonces uno le dice al otro, préstame un cuarto de este bellaco. Yo en los próximos días también voy a trocear uno y te lo devuelvo.” 19) pág. 127

Intimidación y terror llegaron a ser la base de los primeros encuentros con los nativos. Así, para empezar, se realizaba en cada pueblo una matanza para que temblaran de miedo al escuchar el nombre “Cristo”, como estando frente a verdaderos demonios. Los caminos de la conquista estaban por esto cercados por los cadáveres de aborígenes colgados y empalados, que debían causar terror y pánico. 10) pág. 124 El cacique Hatuey (cuadro) no quiso ser bautizado, para no correr el peligro de tener que estar junto a personas tan crueles en el Cielo (católico).

“Los misioneros no pensaban en lo más mínimo en poner en duda la conquista … El negocio sangriento fue la condición para su misión. Exceptuando unas muy reducidas excepciones, los misioneros exigían violencia!” 10) pág. 128

“Ahí él (un gobernador) tomó a un niñito que arrancó a su madre, y mediante su puñal comenzó a cortar sus brazos y piernas en partes, una tras otra, y le dió una parte a cada uno de sus perros. Cuando se comieron todos los pedazos, tiró el cuerpecito al suelo para que los perros se comieran el resto.” 10) pág“Ellos cuelgan – en honor y exaltación de Jesús y los doce apóstoles – a los indígenas en grupos de a trece, de manera que sus pies apenas tocan la leña de las fogatas. Al quemarse, la soga se cierra cada vez más”.