Cita Iniciado por leobetetto Ver Mensaje
La ley ordena sacrificios de sangre, los cuales son exclusivamente de animales Kosher, es decir, PUROS:

Vacas
Toros
Ovejas
Cabras
Palomas

Por ejemplo, no se puede ofrecer un cerdo, o un conejo, pues no son animales puros, como los moluscos y las ostras marinas.

La carne humana, o la de un humano divino, no son kosher, o limpias, de manera que el sacrificio de Jesús contradice la ley, y Jesús dice que vino a cumplir la ley.
Además la carta de los Hebreos dice que Jesús se ofrece en sacrificio a si mismo, lo cual contradice toda la ley levítica.

Además la ley aclara estos puntos:

1. No existe la muerte vicaria, es decir, no puede morir un justo por el pecado del otro (dt. 24:16).
2. Jehová supuestamente odia el derramamiento de sangre inocente, de manera que es imposible que el sacrificio del Cristo fuera aceptado ante Jehová (dt. 19:10).

profeta Leonardo
La Biblia dice:
“Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios
y los hombres, un hombre, Cristo Jesús,
que se dio a sí mismo como rescate
correspondiente por todos”.

Jesús, ni más ni menos que un humano perfecto,
llegó a ser un rescate que compensó exactamente
por lo que Adán había perdido: el derecho a la vida humana
perfecta en la Tierra. Por eso, el apóstol Pablo bien podía
llamar a Jesús “el último Adán”, y decir en el mismo contexto:
“Así como en Adán todos están muriendo, así también
en el Cristo todos serán vivificados”.


La vida humana perfecta de Jesús era el
“rescate correspondiente” exigido por la justicia divina...
ni más ni menos. Un principio fundamental
hasta de la justicia humana es que el precio que se paga
debe corresponder con el mal que se haya cometido.

No obstante, si Jesús hubiera sido parte
de una Deidad trinitaria, el precio de rescate
habría sido infinitamente superior a lo que exigían
las propias leyes de Dios.
Quien pecó en Edén fue solo un humano perfecto,
Adán, no Dios.

Por eso, para que en verdad el rescate
estuviera en conformidad con la justicia de Dios
tendría que ser estrictamente equivalente...
un humano perfecto, “el último Adán”.
Así pues, cuando Dios envió a Jesús a la Tierra
como rescate, hizo de Jesús lo que satisfaría la justicia:
no que Dios se hiciera carne,
no un Hombre-Dios, sino un hombre perfecto,
“inferior a los ángeles”.

¿Cómo podría parte alguna de una Deidad todopoderosa
—Padre, Hijo o espíritu santo— ser alguna vez inferior a los ángeles?