A los judíos de su tiempo, que eran los mismísimos descendientes de un pueblo que había tenido representantes directos de Dios y que habían visto su gran poder en acción, Jesús les dijo:

Juan 7:28 (...) “Ustedes me conocen, y también saben de dónde soy. Además, yo no he venido por mi propia iniciativa, pero el que me ha enviado es real, y ustedes no lo conocen. 29 Yo lo conozco, porque soy representante de parte de él, y Aquel me ha enviado”.
... 8:54 (...) “Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada. Es mi Padre quien me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios; 55 y sin embargo ustedes no lo han conocido. Pero yo lo conozco. Y si dijera que no lo conozco sería como ustedes, mentiroso. Pero sí lo conozco, y observo su palabra.

Fíjate. Ellos no conocían realmente a Jehová ... y aun así presumían que tenían una relación especial con Él. Eso no sucede con los Testigos; nosotros SÍ conocemos a Jehová Dios, nuestro Creador, y sabemos sobre Su Hijo, y tenemos una relación personal con Dios muy diferente a la que los judíos presumían de tener ... y los judíos modernos presumen hoy.