Tu kimo repites siempre la misma morralla, si yo te repito cosas del Evangelio, no te aburras, estás aprendiendo, cosa que de ti no hago. Nunca avanzaras espiritualmente. Nunca me cansaré de repetirte que debes predicar el Evangelio.
EL PACTO es seguir y guardar y predicar, los verdaderos mandamientos que en verdad fueron dados.