Siguiendo el término que has compartido y, ahora que he podido volver al foro por unas horas...
Esa necesidad psicológica de hallar cierta seguridad ante lo incierto y desconocido, lo que comúnmente se relaciona con lo peligroso y posiblemente dañino, es más cotidiano en toda persona de lo que se cree. Es común que en el orden lingüístico e idiomático esto se refleje haciendo juegos de palabras, circunloquios, perífrasis o eufemismos a fin de evitar ciertas palabras, especialmente las consideradas tabú.

Ahora, cuando se enfoca la magia hacia cambiar aspectos propios en uno mismo, por ejemplo: disolver debilidades propias de uno, hay trabajos diferentes en los cuales apoyarse:
Ejemplo 1. Tifón al borde del caos es excelente referente para lidiar con situaciones límite, la animalidad en su cuerpo también proporciona una puerta hacia ciertos devenires animales que, te muestran partes que no te habías enterado que estaban en tu multiplicidad, gabin,
La experimentación corporal en dirección a ciertos rituales abre nuevos códigos en tu corporeidad que te muestran partes a donde la consciencia no quería alumbrar por alguna razón: se destapan otras posibilidades, más cartas para la pluralidad en tu baraja.

Enero de 1889. Friedrich vivía en Turín y salió a dar un paseo por las calles de esa ciudad. Mientras caminaba, observó a un cochero que maltrataba a su caballo que no quería continuar su marcha porque estaba tremendamente cansado.
Nietzsche se arroja sobre el caballo y rodea el cuello al animal con sus brazos mientras lloraba. Gritaba “Mutter ich bin dumm” (“Madre, soy tonto”).
Cuando hablo de Nietzsche en mis clases, siempre cuento esta anécdota. Siempre ocurre que los alumnos me advierten que hubiesen hecho lo mismo que Nietzsche en esa situación. Es tan repetitiva esta situación clase tras clase, que llegué a preguntarme si yo no haría algo parecido también ¿Por qué era alocado lo que hizo Fiedrich en 1889 y hoy pensamos que es casi heroico?
Imaginá la situación, tratá de hacerlo de un modo lento. Mirá el animal destrozado con la mirada perdida pero a la vez reconociendo que alguien lo abraza, pensá en el grito de Friedrich, sentí el enojo del cochero.
¿Qué ideas se te vienen a la mente? ¿Estás ante la presencia de un loco? ¿Quién estaba ejerciendo una actitud demencial?
Ni las jaquecas que lo acompañaron desde la infancia, ni su conocimiento erudito de filosofía, ni su maestría para tocar el piano fueron de relevancia para tomar una decisión en pos de una víctima, Nietzsche es criticable en muchos aspectos, pero en esta situación es casi perfecto.
Para nosotros podría ahí ser un completo coherente, Nietzsche, pero en su época eso ya era la caída total de locura, la demencia en persona.
Claro, Nietzsche había logrado ciertos acercamientos al devenir animal que sus contemporáneos no, porque en su cultura estaban hasta el cuello de preceptos cristianos y eso era un gran bloqueo a las más grandes maravillas del devenir.