
Iniciado por
Elisabet*
Los verdaderos cristianos siempre trabajan. No están colgados a los demás, sino todo lo contrario, pues ellos entregan su vida, su esfuerzo y todo lo que tienen por los necesitados.
Los que realmente son codiciosos son los que no hacen lo que Jesucristo mandó cuando dijo:
"Vende lo que tienes y dalo a los pobres".
Pero según usted eso aplica solo a los ricos
y primero tiene que hacer discípulo del rico para sacarle algo
y cuidado.
Y Jesus no mando a predicar que nos dieran cosas materiales
Jesus nos mando a tener la mente en lo espiritual
en tener fe y confiar en Jehova
no preocuparse por lo que coman o beban
ese es el verdadero mandato que da Jesús
Jesus no mando a los cristianos ricos
solamente a ayudar, eso no es lo que aprendemos de
Jesus.
Todos los hermanos cristianos se ayudan mutuamente
están organizados por los ancianos de la congregación
y nuestra sociedad mundial
Mire que Jesús no regaño a maria
por el perfume costoso que le hecho
en ves de venderlo y darlo a los pobres
lee el relato
Entonces María tomó una libra de un aceite perfumado muy caro,
de nardo puro, y lo derramó sobre los pies de Jesús. Luego se los secó con su cabello. Y la casa se llenó del aroma del aceite perfumado. 4 Pero uno de sus discípulos, Judas Iscariote, que estaba a punto de traicionarlo, dijo: 5 “¿Por qué no*se vendió este aceite perfumado por 300 denarios y se dio ese dinero a los pobres?”. 6 En realidad, no*lo dijo porque le importaran los pobres, sino porque era un ladrón; como tenía a su cargo la caja del dinero, robaba del dinero que se ponía en ella. 7 Jesús entonces dijo: “Déjala tranquila; que cumpla con esta costumbre en vista del día de mi entierro. 8 Porque a los pobres siempre los tienen con ustedes, pero a mí no*me van a tener siempre”.
JUAN 12
Pablo recalca en su carta cuáles son las verdaderas riquezas:
“Las riquezas de su bondad inmerecida”,
“las gloriosas riquezas”
que Dios guarda como herencia para los santos,
“las riquezas sobrepujantes de su bondad inmerecida”,
“las riquezas insondables del Cristo”
y “las riquezas de [la] gloria [de Dios]”.
(Ef 1:7,*18; 2:7; 3:8,*16.)
Así ayudó a los cristianos de Éfeso
a tener un punto de vista apropiado sobre las riquezas.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)