No puede existir algún farsante peor que el que diga que es cristiano negando a Jesucristo con retóricas huecas.

Y me retiro, ya siento arcadas en el estómago de tanta falsedad e hipocrecía farisaica.
Como de costumbre, cuando se acaban los argumentos, comienzan los cambios de tema, las rodiculzaciones y los insultos (en ese orden).

Y luego siguen los llantos y las lágrimas de cocodrilo.