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misericordia
El Evangelio así te dice:
"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". (Mateo 15,7-9
Los fariseos se creían justos debido a sus tradiciones orales.
Estas habían surgido en el siglo II a.E.C.
como “una barrera alrededor de la Ley”
para protegerla de la intrusión del helenismo (la cultura griega).
Se las había llegado a considerar parte de la Ley.
De hecho, para los escribas las tradiciones orales eran
hasta superiores a la Ley escrita.
La Misná dice “Las palabras de los escribas [sus tradiciones orales]
se han de observar con mayor rigor que las palabras de la Ley escrita”.
Por eso, en vez de poner “una barrera alrededor de la Ley”
para protegerla, sus tradiciones la debilitaron y la anularon,
tal como dijo Jesús:
“Diestramente ponen ustedes a un lado el mandamiento de Dios
para retener su tradición”. (Marcos 7:5-9; Mateo 15:1-9.)
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)