Iniciado por
Abysso
Grandes venenos heredados de la modernidad:
Esperanza (quedarse en la espera), resentimiento, culpa (la cual en realidad es no hacerse cargo de los actos de uno, pues al uno sentir culpa se castiga en vano):
La comodidad de la culpa radica en sentirse mejor con uno por castigarse en vez de realmente asimilar un aprendizaje. * si hago algo mal y eso trae consecuencia negativa, habrá un padecimiento, + la culpa habrá de combo otro padecimiento pero al pedo; y encima uno que obtura el cambio, que aún así puede suceder, pero enlentece la llegada de lo positivo.
*culpa y deuda, y entre ellos, un tercer término que parece permear toda la lógica de un particular ejercicio de la justicia: La crueldad.
*el concepto de culpa procede del concepto "tener deuda". Es un elemento usurero llevado hacia lo más abstracto de la mente. Peligroso.
*En la medida en que hacer - sufrir produce bienestar en sumo grado, en la medida en que el perjudicado cambiaba el daño, así como el displacer que éste le producía, por un extraordinario contra - goce: el hacer sufrir. La culpa proviene de una filosofía del sufrimiento; hacer sufrir o hacerse sufrir para sentir que se ha pagado la deuda. Es ver las cosas a través de DEUDA, ahí no hay comprensión - sabiduría es lo contrario.
El acreedor, perjudicado porque no obtuvo pago sobre algo que entregó, cambia su displacer por un contra - goce. Esta transacción es posible porque el mayor bienestar que puede obtener un ser humano se deriva del ejercicio de la crueldad.
Ver sufrir produce bienestar; hacer sufrir, más bienestar todavía - ésta es una tesis dura, pero es un axioma antiguo, poderoso, humano - demasiado humano, que, por lo demás, acaso suscribirían ya los monos; pues se cuenta que, en la invención de extrañas crueldades, anuncian ya en gran medida al hombre y, por así decirlo, lo "preludian". // Imagina ahora algo peor: hacer de estas cosas leyes trascendentales. Uff!
Nos encontramos desde en esta forma de ejercer la justicia, que el culpable es un deudor que ha violado un tratado y que debe restituir el daño causado con su propio dolor, compensación de un perjuicio que se explica por el goce que esto le provee al acreedor.
* el dolor que debía padecer el culpable se constituye en una compensación para el acreedor quien ha sufrido un perjuicio; compensación porque la crueldad se constituye en la gran alegría de la humanidad, por tanto en el supremo bien al cual todos quieren acceder, aunque sea a nombre de la justicia. Una justicia basada en crueldad.
* Esta exigencia superyoica de renunciar a las pulsiones, de pagar un derecho con un deber, no está desprovista de crueldad. Este juicio también esta al servicio de la pulsión cuando el superyo encuentra compensación en el dolor moral del yo.
Es así como la ganancia psíquica del sentimiento de culpa se tramita en términos pulsionales. A nombre de la ley se ejerce un "derecho a la crueldad".
El perdón se relaciona con la culpa. Perdonar es señalar a otro de culpable y creerse por encima de otros desde donde decir: "yo perdono" ... (porque soy más bueno, porque soy más digno, etc etc, porque soy Más).
Y como dice Tomás: recompensa en la espera. Es el efecto de sacar la lotería:
Sigue jugando, porque "perseverancia es triunfo".