Cita Iniciado por welcome Ver Mensaje
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¿Y la vida? Está para vivirla... Como querramos, como podamos y como nos dejen los demás. No tiene verdades/certezas, pues es una gran aventura.

Y que la vida es una gran aventura, no es verdadero/cierto sino sólo mi opinión sobre qué es la vida.

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Saludos a los tres. Es grato leerlos por aquí.

Ningún comentario sobre sus post. Por no desconcentrarme.

Voy a hacer una pregunta trascendental, que por lo que acabo de investigar se parece al ser o no ser Shakespeareano. Y la pregunta en cuestión es "Si no fuésemos, ¿que seríamos?".

Solo que voy a poner el antecedente que me lleva a esa cuestión.

Vamos a suponer que por un fenómeno espectacular de la lógica sociológica, entre otras cosas varias igual de espectaculares; la humanidad decide hacerle caso a panteranegriano; y da en resultado que la humanidad se extingue en su totalidad. Que no queda un solo ser humano con vida.

¿Que sucedería entonces?. ¿Donde estaríamos todos los que fuimos?. ¿Que seríamos entonces?.

Muy aparte de las reflexiones de cada cual, y sus respectivas participaciones para contestar esta gran cuestión cosa que agradeceré. Voy a copiar parte de el texto de Shakespeare, solo para analizar que nos es lo mismo que trato yo en mi tema, ¿ o si ?. Ustedes disciernan.

Monólogo Ser o no ser, esa es la cuestión (Hamlet)

Ser, o no ser, ésa es la cuestión.
¿Cuál es más digna acción del ánimo,
sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta,
u oponer los brazos a este torrente de calamidades,
y darlas fin con atrevida resistencia?
Morir es dormir. ¿No más?
¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron
y los dolores sin número,
patrimonio de nuestra débil naturaleza?...
Este es un término que deberíamos solicitar con ansia.
Morir es dormir... y tal vez soñar.
Sí, y ved aquí el grande obstáculo,
porque el considerar que sueños
podrán ocurrir en el silencio del sepulcro,
cuando hayamos abandonado este despojo mortal,
es razón harto poderosa para detenernos.
Esta es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga.
¿Quién, si esto no fuese, aguantaría la lentitud de los tribunales,
la insolencia de los empleados,
las tropelías que recibe pacífico
el mérito de los hombres más indignos,
las angustias de un mal pagado amor,
las injurias y quebrantos de la edad,
la violencia de los tiranos,
el desprecio de los soberbios?
Cuando el que esto sufre,
pudiera procurar su quietud con sólo un puñal.
¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando,
gimiendo bajo el peso de una vida molesta
si no fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá de la Muerte
(aquel país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna)
nos embaraza en dudas
y nos hace sufrir los males que nos cercan;
antes que ir a buscar otros de que no tenemos seguro conocimiento?
Esta previsión nos hace a todos cobardes,
así la natural tintura del valor se debilita
con los barnices pálidos de la prudencia,
las empresas de mayor importancia
por esta sola consideración mudan camino,
no se ejecutan y se reducen a designios vanos.
Pero... ¡la hermosa Ofelia! Graciosa niña,
espero que mis defectos no serán olvidados en tus oraciones.

Hamlet: III acto, escena 1.

William Shakespeare


Grandes elementos que nos aporta Willi el inglés, este gran escritor atemporal. Nos da un gran comienzo para abordar el tema y las cuestiones que he ido dejando.

Saludos y gracias por el esfuerzo mental. Hasta la próxima.