
Iniciado por
Roberto0
No crees ni quieres aceptar la enseñanza del Evangelio, que existe, está ahí, y todos pueden verla y aprender de ella..., prefieres creer en tus propias filosofías.
Eres tú quien dice que hay que venderlo todo, y no lo haces.
Entonces, eres tú el que no acepta las enseñanzas, y las rechaza públicamente diciendo "mi casa no la vendo, porque la tengo destinada para mi hijo".
Prefieres tus propias filosofías: "mi casa yo no la vendo, pero tú debes vender la tuya"....
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.