Mira, Misericordia los recuerda:
Los mandamientos que Jesús recordó al hombre rico no son todos los que están escritos en la ley judía del Antiguo Testamento, pues Jesús no recordó al hombre rico el mandamiento que tenían los judíos sobre el día de reposo.
Tampoco le recordó Jesús el mandamiento que ordenaba no desear nada de lo que tiene el prójimo, que justificaba que unos tuvieran muchas riquezas mientras otros no tenían nada o eran muy pobres. Jesús mandó al hombre rico todo lo contrario, pues le mandó vender lo que tenía y darlo a los pobres:
Mateo 19:21
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
19:22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
9:23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
19:24 Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Jesús habló de ofrenda, no de sacrificio:
Mateo 8:2-4
Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
8:3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
8:4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
Una cosa es presentar al sacerdote una ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos, y otra cosa es un sacrificio. Jesús no mandó hacer sacrificios.
A todos los mandatos escritos en el Antiguo Testamento Jesús no los llamó:
"la ley y los profetas
la palabra de Dios
y la verdad".
Jesús enseñó que la Palabra de Dios y la verdad es lo que Él nos enseñó cuando predicó el Evangelio. Y la ley y los profetas Jesús dijo que era ésta:
Mateo 7:12
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas.
Jesús citó del Antiguo Testamento enseñanzas que eran correctas, pero abolió del Antiguo Testamento lo que no era verdadera ley de Dios, como el "ojo por ojo y diente por diente", los sacrificios, la esclavitud y el hacer daño matar a las personas.
Jesús abolió del Antiguo Testamento todos los mandatos que faltaban a la misericordia porque no eran de Dios, sino de hombres, pues Jesús no vino a abolir la verdadera ley de Dios ni sus misericordiosos mandamientos, que son los que Jesús nos enseña en el Evangelio.