Cita Iniciado por Elisabet* Ver Mensaje

La ley de Dios no solo fue quebrantada o incumplida, sino que también fue cambiada en mentira por la pluma mentirosa de los escribas, como nos dice Jeremías 8:8.

Por eso, también enseña el profeta Jeremías que la ley de Dios había sido invalidada y que Dios haría un Nuevo Pacto.

Y lo que muchos no entienden es que el Nuevo Pacto no nos enseña una ley diferente a la que Dios había dado realmente a Moisés, sino que nos enseña la verdadera ley que Dios había dado.

Y es que en el Nuevo Pacto lo que cambiaba es el lugar donde Dios escribía su Ley, pues sería escrita en el corazón de sus hijos en lugar de en tablas de piedra.

Por tanto, el Nuevo Pacto es que Dios daría su ley en la mente de sus hijos y la escribiría en su corazón:

Jeremías 31:31
He aquí que vienen días, dice Yavé, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
31:32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Yavé.
31:33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Yavé: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
31:34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Yavé; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Yavé...

Y es que la ley que realmente había dado Dios a Moisés es la ley que Jesús nos enseña en el Evangelio y sus misericordiosos mandamientos.

Y por enseñarnos los mandamientos del Evangelio, que son la ley que realmente había dado Dios desde siempre y para siempre, es por lo que Jesús dio su vida. Por eso, la sangre de Jesús es la sangre del Nuevo Pacto.
Se hizo un nuevo pacto
basado en la sangre de Jesús
que nos perdona nuestros pecados
y no hay que seguir haciendo sacrificios como requería la ley

Los humanos antes de que la ley fuera escrita
le hacían sacrificios a Dios
Lean génesis abel y cain

La madre de Jesús
sacrifico dos tórtolas