Si alguien considera a otra persona como su Dios, entonces lo adora. Y si alguien es sacerdote de su Dios, pues lo adora aun más.


Rev.3:12 ”’Al que venza lo haré columna en el templo de mi Dios, y ya nunca saldrá de ahí. Sobre él escribiré el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios —la Nueva Jerusalén que baja del cielo, desde donde está mi Dios— y mi nuevo nombre.


Heb.5:1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es nombrado a favor de los hombres sobre las cosas que tienen que ver con Dios, para que ofrezca dádivas y sacrificios por los pecados.
(...) 4 También, el hombre no toma esta honra por su propia cuenta, sino únicamente cuando es llamado por Dios, así como también [lo fue] Aarón. 5 Del mismo modo también, el Cristo no se glorificó a sí mismo mediante llegar a ser sumo sacerdote, sino [que fue glorificado por aquel] que habló respecto a él: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre”. 6 Así como dice también en otro lugar: “Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec”.
7 En los días de su carne [Cristo] ofreció ruegos y también peticiones a Aquel que podía salvarlo de la muerte, con fuertes clamores y lágrimas, y fue oído favorablemente por su temor piadoso. 8 Aunque era Hijo, aprendió la obediencia por las cosas que sufrió; 9 y después de haber sido perfeccionado vino a ser responsable de la salvación eterna para todos los que le obedecen, 10 porque ha sido llamado específicamente por Dios sumo sacerdote a la manera de Melquisedec.


Juan 20:Jesús le dijo: “Deja de agarrarte de mí, porque todavía no he subido al Padre. Vete adonde están mis hermanos y diles: ‘Voy a subir a mi Padre y Padre de ustedes, a mi Dios y Dios de ustedes’”.