No negamos que la sangre de Cristo nos limpie de pecados. Lo que decimos es que Dios no quiere sacrificios ni mandó sacrificios.
Sin embargo, Kimo, sí que dijo que la palabra de Jesús no nos limpia de todo error o pecado, contradiciendo a Jesús, que dijo a los apóstoles que ya estaban limpios por la palabra que Él les había hablado:
Juan 15:3
Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
Jesucristo dio su vida por amor a sus hijos y para enseñarles que los mandamientos que Jesús enseñó cuando predicó el Evangelio, son los mandamientos que realmente fueron dados por Dios desde siempre y para siempre.
De tu última respuesta son varios puntos los que hay que aclarar. Por tanto, iremos por partes.
Empecemos con esto que dices:
La verdadera ley que Dios dio a Moisés no son todos los mandamientos del Antiguo Testamento. La verdadera Ley que Dios dio a Moisés es la que Jesús nos enseña en el Evangelio, porque Jesús dijo que la ley y los profetas es ésta:
Mateo 7:12
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas.
Así que los mandatos del Antiguo Testamento que son contrarios a esta ley, como los mandatos que ordenaban a los hombres hacer daño matar a las personas, no son la ley que Dios había dado a Moisés.
Ni siquiera los Diez Mandamientos escritos en el Antiguo Testamento son todos mandamientos de Dios, pues los verdaderos mandamientos dados por Dios a Moisés son los que Jesús enseña en el Evangelio, porque Jesús dice que los mandamientos son estos:
Mateo 19
Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
19:18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
19:19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
19:20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
19:21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
19:22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
9:23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
19:24 Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.