Pablo fue escogido directamente por Jesús
como su apostol para llevar las buenas nuevas del reino
a las naciones no Judías, por que primero Jesús mando a predicar solo
a los Judíos.


Pablo es un ejemplo de fe
que todos debemos imitar

Como era un apóstol inspirado,
Pablo ejerció su autoridad para dar disposiciones y órdenes
pero prefirió apelar a los hermanos sobre la base del amor
y suplicarles por “las compasiones de Dios”
y por “la apacibilidad y bondad del Cristo

Fue amable con ellos, les tuvo tierno cariño
y los exhortó y consoló como un padre. (1Te 2:7, 8, 11,12.)

Aunque tenía el derecho de recibir apoyo material de los hermanos,
prefirió trabajar con sus manos
para no ser una carga costosa.
(Hch 20:33-35; 1Co 9:18; 1Te 2:6,9.)

Como resultado, se forjó una estrecha relación de cariño fraternal
entre Pablo y aquellos a quienes ministraba.

Los superintendentes de la congregación de Éfeso
sintieron gran pesar y prorrumpieron en lágrimas
al saber que posiblemente
no contemplarían más su rostro. (Hch 20:37,38.)

Pablo estaba muy interesado en el bienestar espiritual
de los compañeros cristianos
y deseaba hacer cuanto pudiera
para ayudarlos a conseguir su herencia celestial.
(Ro 1:11; 15:15,*16; Col 2:1,2.)

Los recordaba continuamente en sus oraciones
(Ro 1:8,9;
2Co 13:7;
Ef 3:14-19;
Flp 1:3-5, 9-11;
Col 1:3, 9-12;
1Te 1:2,3;
2Te 1:3)
y solicitaba que ellos también orasen por él.
(Ro 15:30-32;
2Co 1:11.)

La fe de sus compañeros cristianos
fue una fuente de estímulo para él.
(Ro 1:12.)
Por otra parte, siempre defendió las normas justas
y no dudó en corregir ni siquiera a otro apóstol
cuyo proceder afectaba a las buenas nuevas.
(1Co 5:1-13; Gál 2:11-14.)