Las 21 maximas
Valor: buscar la excelencia en todos los esfuerzos que se esperan de un Jedi.
Un Jedi se esfuerza por adquirir una mayor habilidad y experiencia en lo que hacen en todo momento para que pueda ser utilizado al servicio del bien mayor, y no para beneficio personal. Esto requiere disciplina, paciencia y práctica perfecta.
Justicia: Buscar siempre el camino del 'derecho'.
Un Jedi no está comprometido por prejuicios o intereses personales. La justicia es una espada de doble filo, una que protege a los débiles, pero también emite juicios de acuerdo con un conjunto de valores. Un Jedi tolera lo que no es Jedi y no juzga lo que no causa daño, es justo.
Lealtad: Tener fe en tus hermanos y hermanas Jedi.
Un Jedi permanece fiel a lo que han aprendido y a sus propias enseñanzas. Un Jedi siempre sirve a aquellos que desean aprender más sobre los caminos de la Fuerza y, al hacerlo, permanecen fieles al camino del Jedi y su Orden.
Defensa: Defender el camino del Jediismo.
Un Jedi toma juramento de defender su fe y todo lo que abarca.
Coraje: Tener la voluntad.
Ser un Jedi a veces significa elegir el camino más difícil, el personalmente costoso. Un Jedi sabe que debe tomar la decisión correcta, tomar el lado correcto y que los débiles que han jurado defender a menudo permanecen solos. Un Jedi deja de lado el miedo, el arrepentimiento y la incertidumbre, pero conoce la diferencia entre el coraje y la estupidez.
Fe: Confiar en los caminos de la Fuerza.
Aunque los caminos de la Fuerza pueden parecer extraños a veces, un Jedi siempre conoce su lugar y su papel dentro de ella.
Humildad: aceptar el ego por lo que es.
Un Jedi no se jacta de sus logros y sabe que su logro es su propia recompensa.
Sin Miedo: No tener límites autoimpuestos.
El miedo es lo que impide que un Jedi cumpla con su deber. Un Jedi aprende a dejar de lado sus miedos a través de su fe en la Fuerza y no tiene vergüenza de admitir sus faltas cuando ocurren.
Nobleza: actuar con honor.
Un Jedi no se involucra en actividades mezquinas, malas o dudosas. Actuar con estatura y distinción influye en los demás, ofreciendo un ejemplo convincente de lo que pueden lograr aquellos que siguen el Jedismo.
Honestidad: para evitar las mentiras.
Un Jedi es honesto consigo mismo y busca ir siempre más allá de las apariencias. No puede haber un yo honesto sin el conocimiento y la sabiduría para ver la verdad.
Motivo puro: Actuar con motivo y finalidad.
Sin un motivo y un propósito sólidos, la acción no tiene sentido, no tiene un destino y carece de fundamento. Un Jedi se mueve con la Fuerza, confía en sus caminos. Las acciones de un Jedi se basan firmemente en una motivación profunda para ser como lo dicta su camino.
Disciplina: dejar que el yo sea el único maestro del yo.
La mente de un Jedi es estructurada, pacífica, libre de emociones, estado físico o estímulos externos.
Enfoque: seleccionar lo que más importa.
Un Jedi se enfoca en la tarea en cuestión. Aunque un Jedi es consciente del pasado y desconfía del impacto del presente en el futuro, a través de la disciplina saben cómo seleccionar y concentrarse en las prioridades.
Discreción: volverse invisible.
Un Jedi sabe que hay un tiempo y un lugar para todas las cosas. No interfieren activamente en los asuntos mundanos y se abstienen de apoyar abiertamente u oponerse a otras personas u organizaciones.
Meditación: Ejercitar la mente.
A través de la meditación regular, un Jedi examina sus motivaciones y está seguro de que no está permitiendo que la emoción, la ignorancia o la pasión se entrometan en ellos. Un Jedi puede usar la meditación para mejorar su atención, concentración o paciencia.
Formación: Conocer la propia ignorancia.
Un Jedi sabe que siempre hay algo más que aprender y busca nuevas lecciones todos los días.
Integridad: Ser consistente.
Un Jedi vive como un Jedi en todo momento. La hipocresía es su peor enemigo.
Moralidad: Conocer el peligro de la creencia.
Un Jedi sabe cómo las creencias contradictorias de lo que está bien y lo que está mal pueden conducir a crímenes y conflictos devastadores. Un Jedi se aleja de la subjetividad de la opinión en favor de la paz de la objetividad. Un Jedi no fuerza sus valores sobre los demás.
Conflicto: Para saber cuándo luchar.
Un Jedi conoce la naturaleza conflictiva de la Fuerza, pero también conoce su paz y serenidad. Un Jedi nunca entra en conflicto a ciegas y siempre lo hace por el bien mayor.
Intervención: Saber cuándo no actuar.
Un Jedi sabe cómo la inacción puede tener un impacto tan grande como la acción y cómo algunas de las mejores lecciones son autodidactas. Ser un vencedor es también tomar esa victoria de aquellos a quienes proteges. Un Jedi interviene solo cuando se requiere la intervención de un Jedi.
Armonía: Estar conectado a la Fuerza.
Un Jedi busca vivir en armonía con la Fuerza, porque esa es la razón para ser un Jedi. Para entender mejor sus formas, para conocer mejor el lugar de uno dentro de él.
El ego es un eje demasiado débil para hacer girar nuestra vida en torno a él.