Dibujó un corazón pequeño en mi brazo. Dijo que era un pequeño tatuaje, mientras sonreía travieso y me veía a los ojos.
Acariciaba mi mano mientras decía lo hermosas que eran mis manos y como quería ver mis uñas pintadas de rojo. Sus dedos se sentían como llenos de electricidad, que iban de mis dedos a mi cabeza, luego a mi sexo.
Sabe muy bien que sus deseos se volverán realidad sí y solo sí el lo pide. Hablándome con su voz grave, cerca de mi oído. Con esa seguridad de quien sabe obtendrá lo que pida. Sin preguntas adicionales.