Eli_

cito el texto de
(Mateo 8:4)
Entonces Jesús le dijo:
“Mira que no lo digas a nadie,
sino ve, muéstrate al sacerdote,
y ofrece la dádiva que Moisés prescribió,
para que les sirva de testimonio
”.

Y le dijo al rico que guardara
los mandamientos escritos
a los que respondió que los obedecía
desde antes de que viniera Jesús a la tierra.

También vino a él un leproso,
y le suplicó hasta de rodillas, diciéndole:
“Si tan solo quieres, puedes limpiarme”.
41 Con esto, él se enterneció, y extendió la mano
y lo tocó, y le dijo: “Quiero. Sé limpio”.
42 E inmediatamente la lepra desapareció de él,
y quedó limpio. 43 Además, le dio órdenes estrictas
y en seguida lo despidió,
44 y le dijo: “Mira que no digas nada a nadie;
mas ve, muéstrate al sacerdote
y ofrece a favor de tu limpieza
las cosas que Moisés prescribió, para testimonio a ellos

MARCOS 1:40-44



En un principio, las disposiciones de la Ley
prescribían una ceremonia elaborada
que constaba de dos partes para que el leproso
que se había curado pudiese volver a la vida normal.
En la primera, el leproso ya sanado debía presentar
al sacerdote en las afueras del campamento
de Israel madera de cedro, fibra escarlata carmesí,
hisopo y dos aves. Luego se mataba a uno de los
pájaros sobre agua corriente, y su sangre tenía
que recogerse en una vasija de barro, donde se
sumergía el cedro, la fibra escarlata, el hisopo y
el pájaro vivo; después el sacerdote salpicaba
al leproso sanado siete veces con esta sangre,
y el ave era liberada. Una vez que se declaraba
limpia a la persona enferma, tenía que afeitarse,
bañarse, lavar sus prendas de vestir y entrar en el
campamento, pero debía permanecer fuera de su tienda
durante siete días. En el séptimo día tenía que
afeitarse de nuevo, incluso las cejas.
Al día siguiente debía llevar dos carneros
y una cordera de menos de un año junto
con un poco de harina y aceite como
ofrenda por la culpa, ofrenda por el pecado,
ofrenda quemada y ofrenda de grano.
La ofrenda por la culpa
—que consistía en un carnero y aceite—
la ofrecía el sacerdote en primer lugar como
ofrenda mecida ante Jehová, y a continuación
degollaba al carnero; luego ponía algo
de esta sangre en el lóbulo de la oreja derecha,
el dedo pulgar de la mano derecha y el dedo gordo
del pie derecho del que había sido limpiado.
Con el aceite se seguía un procedimiento similar:
se añadía un poco de aceite a la sangre aplicada,
y después se salpicaba siete veces un poco
de aceite ante Jehová, y lo que restaba se
vertía sobre la cabeza del que había sido limpiado.
A continuación el sacerdote ofrecía el sacrificio quemado,
el sacrificio de grano y el sacrificio por la culpa,
hacía expiación por él y lo declaraba curado.
Si la persona sanada carecía de medios,
podía ofrecer dos tórtolas o dos pichones
en lugar de la cordera y uno de los carneros
para la ofrenda por el pecado y la ofrenda quemada. (Le 14:1-32.)