
Iniciado por
Roberto0
Si lo comprendo muy bien el que no comprendes eres tú que si no se reparten los bienes está prohibido entrar al reino de Dios lo entiendes??.
Un tanto tajante, ¿no Roberto?
A mi me gusta el ordenador desde el que escribo. No me apetece repartirlo, y eso que conozco un señor que no tiene y es más pobre que yo. Lo veo feliz aún así con una sonrisa y últimamente está haciendo tareas aquí y allá con sus 65 años sin familia y tiene donde dormir y ya ha conseguido una bicicleta para su transporte (lleva 2 años en mi país y vino con una mano delante y poco más).
A mi me quitan el 19% directamente de lo que cobro. Además tengo que pagar impuestos por lo poco que tengo trimestralmente. Incluso pago impuestos aplicados sobre impuestos.
Y de lo que me queda, tengo que pagar la renta a final de año. Eso si del 19% no acaban decidiendo que he de pagar más. Por suerte, o por desgracia, cobro tan poco al final del año, que consideran me deben devolver dinero.
También he de pagar por cada cosa que me transmiten, o por el simple hecho de retenerlo según el tiempo que lo tenga.
Además cada vez que compro algo me cobran otro 21%.
En principio me cobran una parte para repartir entre los que están en situación de extrema pobreza.
Yo convivo en un sistema que automáticamente reparte. Creo que calculé que acabo pagando casi el 60% de mis ingresos directa o indirectamente en impuestos, a un sistema social democrático que aunque imperfecto tiene el espíritu de repartición o aportación según las necesidades.
Creo que Jesús y sus coetanios vivía en un sistema no tan justo en cuanto a igualdad y riqueza social.
Este ordenador es el único capricho que me he dado en los últimos 2 años tras ahorrar durante un tiempo. Cuando veía una mano extendida podía haber repartido mis ahorros. No lo hice (lo he hecho pero muy contadas ocasiones). Según lo que planteas alguien como yo tiene vetada la entrada al reino de Dios.
El concepto rico/pobre no es el mismo.
Existen ricos, sí... y pobres... también.
Ahora bien, un pobre en aquel entonces, era un señor que corría el riesgo de muerte inminente. Por hambre, enfermedad, injusticia, desprotección, desigualdad...
Hoy aplicar lo de la aguja ya no puede ser tan taxativo. El concepto rico ha cambiado. Ahora todos somos más ricos que en aquel entonces. Sólo por ahorrar ya eres rico ya que tienes excedente.
Ya se que todos no somos ricos, ya que hay lugares de extrema pobreza. A esos hemos de dirigir nuestros esfuerzos aunque en un mundo tan globalizado debería ser fácil pero no lo es.
Última edición por JacTT; 20-mar.-2019 a las 06:53
Reza lo que te dé la gana, pero no dejes de remar hacia la orilla.