Bueno, honestamente yo tampoco creo tener toda la verdad....
Qué bien.

La ICAR pasó a tener opiniones semejantes luego del concilo Vaticano II.

Recuerdo la discusión de un compañero de colegio (previo al citado concilio), cuyo padre era luternano, cuando éste, casi entre lágrimas, le decía al profesor de religión: "mi padre es un hombre bueno, y no se irá al infierno por no ser católico".

Nadie sabe qué ocurrió con el, ahora fallecido padre, pero el concilio terminó por darle la razón a mi amigo.

Considero demencial ese pensamiento que tienen los TJ de que nadie fuera de ellos está en lo correcto, que llega al extremo de repudiar a un miembro de su familia que deserte de esa locura, locura que llega al extremo de preferir la muerte de un hijo antes de transgredir su ridícula interpretación de los textos sagrados.