No se trata de creencias basadas en algo que no se vea y que no esté demostrado. Se trata de amar las enseñanzas del Evangelio, que están ahí, que existen y todo el mundo puede verlas en los libros que nos entregan la enseñanza del Evangelio, que nos da mandamientos de amor y misericordia para todos.
El amor y la misericordia existen. En la vida todos pueden verlo y comprobarlo cuando ven obras de amor y misericordia en las personas. Solo hay que amar los mandamientos del evangelio, que mandan amar al prójimo como a uno mismo y ser misericordioso con todos.
Y no me vengáis con que hay otras religiones que enseñan lo mismo, pues ninguna religión manda a los ricos que repartan sus bienes entre los pobres. Solo el Evangelio.