Yo confieso que esperaba seguir trabajando en el mismo piso donde trabaja mi amor platónico. Y no. Me cambiaron de ubicación por un alumno extra que no parece que vaya a renunciar. (Jajajaja)

Ya saben... estamos más cómodos, pero ahora solo lo veo de lejos, cuando pasa diciéndome "hola" desde el oasis de agua, o cuando sale de almorzar y pasa frente a mi salón, o cuando baja a este piso a tomar el elevador, cuando bien puede hacerlo en el suyo.

Ay.