Cuando Jesucristo murió sus seguidores quedaron desconsolados. Perdieron la esperanza y sufrían la pérdida. Ellos habían creído que Jesús cambiaría la situación de ellos y los salvaría. Aunque Jesús les había hablado de su muerte, esa idea aun no se había metido en la cabeza de ellos, porque no asimilaban muy bien que el Mesías muriera. Vean cómo se sentían cuando hablaron con Jesús resucitado sin que supieran que era él:

Luc.24:15 Ahora bien, mientras iban conversando y hablando, Jesús mismo se acercó y se puso a andar con ellos; 16 pero se impidió que los ojos de ellos lo reconocieran. 17 Él les dijo: “¿Qué asuntos son estos que consideran entre ustedes mientras van andando?”. Y ellos se detuvieron con rostros tristes. 18 En respuesta, el que tenía por nombre Cleopas le dijo: “¿Moras tú solo como forastero en Jerusalén y por eso no sabes las cosas que han ocurrido en ella en estos días?”. 19 Y él les dijo: “¿Qué cosas?”. Ellos le dijeron: “Las cosas respecto a Jesús el Nazareno, que vino a ser profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo lo entregaron nuestros sacerdotes principales y gobernantes a sentencia de muerte y lo fijaron en un madero. 21 Pero nosotros esperábamos que este fuera el que estaba destinado a librar a Israel; sí, y además de todas estas cosas, este es ya el tercer día desde que han ocurrido estas cosas. 22 Por otra parte, ciertas mujeres de entre nosotros también nos han pasmado, porque muy de mañana habían estado en la tumba conmemorativa, 23 pero no hallaron el cuerpo de él, y vinieron diciendo que también habían visto una vista sobrenatural de ángeles, los cuales dijeron que él está vivo.

Los ángeles de los que ellos hablan es de éstos que se aparecieron para anunciar la resurrección de Cristo a las mujeres que fueron a la tumba:

Luc.24:5 (...) “¿Por qué buscan al Vivo entre los muertos? 6 [[No está aquí, sino que ha sido levantado.]] Recuerden cómo les habló mientras todavía estaba en Galilea, 7 diciendo que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de hombres pecadores y ser fijado en un madero y, sin embargo, levantarse al tercer día”. 8 De modo que ellas se acordaron de sus dichos ...

La resurrección de Jesucristo ocurrió al tercer día de su muerte. Sus discípulos habían estado dos días sufriendo la pérdida, muy tristes. Ellos nunca pensaron que el espíritu de Jesús se había ido al cielo o a alguna parte. Si esa hubiera sido su creencia ellos no habrían reaccionado de la manera en que se nos relata en el registro bíblico.

Eso nos demuestra que ningún discípulo de Jesús creía en la inmortalidad del alma, porque si hubieran creído que Jesús había ido al cielo, no se hubieran sentido desesperanzados.

Cuando Jesús habló con ellos resucitado, como cuento antes, terminó diciéndoles:

Luc.24:25 De modo que él les dijo: “¡Oh insensatos y lentos de corazón para creer en todas las cosas que hablaron los profetas! 26 ¿No era necesario que el Cristo sufriera estas cosas y entrara en su gloria?”. 27 Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas les interpretó cosas referentes a él en todas las Escrituras.

Si Jesús habla de sufrir esas cosas, incluída la muerte por tres días, para luego "entrar en su gloria", eso significa que no había recibido ninguna gloria aun mientras estaba muerto. Nada de eso tendría sentido si el espíritu o alma de Jesús hubiera salido vivo y se hubiera ido al paraíso al mismo momento que murió. Lo que nos dice la Escritura es que no ascendió a los cielos hasta después de 40 días después de haber sido resucitado, lo cual contradice la creencia de la inmortalidad humana por todos los ángulos que se mire. Si el alma del hombre más grande de todos los tiempos no ascendió al cielo cuando él murió, es porque ningún alma sale automáticamente para allá por muy buena que haya sido. Todo el mundo tiene que esperar la resurrección para recibir su recompenza o su oportunidad.