Es fácil, solo tienes que llevar los misericordiosos mandamientos del Evangelio bien grabados en tu corazón... y luego empiezas a examinar las cartas atribuidas a Pablo... En ellas veras cosas que faltan a la misericordia... Todo lo que falte a la misericordia es que no es de Dios... Solo son preceptos de hombres... Porque Evangelio solo hay uno: El Evangelio de Jesucristo...