Iniciado por
gabin
Hay 'milagros' más útiles que el 'milagrito' de la licuación de la sangre de San Pantaleón, por ejemplo, para enfermos: las curaciones 'milagrosas' por petición rogatoria -tantas veces con penitencia incluida- al dios de su creencia; debe haber muchos dioses diferentes dadas las curaciones 'milagrosas' que se han atribuido religiones con diferentes deidades hacedoras de estos portentos curativos; en el colmo de la variedad, ¡ inclusive se ha dado en ateos !
Lo que no se da, por ejemplo, son milagros -más bien, estos sí serían 'milagrazos'- que beneficiasen al menos a la parte más vulnerable de la sociedad humana: los niños desnutridos; miles de ellos mueren cada día en el mundo mundial por esta causa.
Bien harían todos los dioses (de existir, 'naturalmente') para que su creencia estuviera fuera de toda duda, crearan de la nada un suculento y nutritivo ágape y lo depositaran cada día -hasta que fueran mayorcitos- en la puerta de todos estos niños para paliar su sufrimiento.
Pero, (siempre con los peros) de ponerlo tan 'a huevo', ¡qué sería de la fe!
Este tipo de milagros existen realmente y, ¡tan realmente!, pero, en letra impresa por la gracia de los soportes, esos que dicen aguantan lo que le echen y, quien quiera creérselo que nadie se lo impida.
Yo es que no veo los milagros por ningún lado por donde se los busque.
La desigualdad social es culpa del hombre y sólo en sus manos está lograr un bienestar común o equilibrio: mucho trabajo y nada de milagrito. Un cáncer curado o un quiste desaparecido tampoco tienen nada de milagrito, a como aparece se va, la mayoría de las veces lo que se va es la persona (al hueco) pero en pocas ocasiones el mal cede y la salud vuelve (disculpen aquí mi simpleza de juicio pero es que si se ahonda y no se logra explicación el hoyo se vuelve más insondable cada vez y por eso opto por la respuesta más simple: el cáncer a como vino, se fue ).
Ahora, si de cosas inexplicables hablamos, hay muchas y mucho más interesantes y que no tienen como base de su afirmación creencias contrapuestas y muchas veces basadas en alegorías que sus adeptos dan por reales y no en hechos. Con esto quiero decir que después de ver uno tantos y tantos hechos cuestionables que se enmarcan dentro de la religión a la cual es afecta este milagrito, lo más lógico es conducirse de forma tal que uno no pueda dar por verídico un hecho como éste.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.