[EL DIOS EMOTIVO, comentario 127]
Respecto a la táctica de posponer el secuestro emocional para más tarde, mediante recurrir a una especie de negociación o pacto de aplazamiento momentáneo con nuestro sistema emotivo, ya comentada anteriormente, es muy interesante lo que se encuentra registrado en el siguiente pasaje bíblico: “Había hecho yo un pacto con mis ojos, y no miraba a ninguna doncella” (Libro del patriarca Job, capítulo 31, versículo 1; Biblia de Jerusalén). El contexto de dicho pasaje lo forma una serie de palabras pronunciadas por Job en defensa de su buena conducta moral, y deja entrever la “técnica” que usó para evitar el adulterio, a saber, un pacto establecido entre él y sus “ojos”, es decir, una negociación de su mente racional con la componente emocional que se activa mediante la vista.