Jesús tenía sumo respeto a la Torá y a los que mediante ella recibían verdadera autoridad

Mateo 5:17-20
17 ”No piensen que vine a destruir la Ley o los Profetas. No vine a destruir, sino a cumplir; 18 porque en verdad les digo que antes pasarían el cielo y la tierra que pasar de modo alguno una letra diminuta o una pizca de una letra de la Ley sin que sucedan todas las cosas. 19 Por eso, cualquiera que quiebre uno de estos mandamientos más pequeños y enseñe así a la humanidad, será llamado ‘más pequeño’ con relación al reino de los cielos. En cuanto a cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado ‘grande’ con relación al reino de los cielos. 20 Porque les digo a ustedes que si su justicia no abunda más que la de los escribas y fariseos, de ningún modo entrarán en el reino de los cielos.


Lucas 5:14; 17:14.
14 Y él dio al hombre órdenes de no decirlo a nadie: “Mas vete y muéstrate al sacerdote, y haz una ofrenda relacionada con tu limpieza, así como prescribió Moisés, para testimonio a ellos”.

Sin embargo, denunció con frecuencia a quienes traspasaban los mandamientos de Dios (Mateo 15:3-9; 23:2-28). Tales hombres seguían tradiciones que llegaron a conocerse como la ley oral. Jesús rechazó la autoridad de esta. En cambio, muchos lo rechazaron a él como Mesías. Creían que solo podía contar con el respaldo de Dios la persona que apoyara las tradiciones de quienes tenían autoridad entre ellos.