Jesucristo es Dios que se hizo Hombre, y quiso habitar entre sus hijos e hijas, a los que también llamó amigos y a los cuáles les enseñó los verdaderos mandamientos de Dios que su pueblo ya no conocía porque los escribas judíos habían cambiado la Ley de Dios en mentira. Los profetas ya venían diciendo que la Ley había sido cambiada, pues así dejaron escrito:

"...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).