El Dr. David Horrobin, doctor en Medicina y Filosofía de la Universidad de Oxford, declara:
“En una eyaculación se puede liberar la misma cantidad de zinc que es absorbida por el intestino en un día. Esto tiene innumerables consecuencias. A menos que la cantidad perdida sea reemplazada por un aumento en la ingestión alimentaria, la eyaculación repetida puede conducir a una efectiva deficiencia de zinc, con la posibilidad de que se desarrollen varios problemas, incluyendo la impotencia.
“¡Hasta es posible, debido a la importancia del zinc para el cerebro, que los moralistas del siglo XIX estuvieran en lo correcto cuando decían que la masturbación repetida podía llevar a la demencia!”—Zinc (St. Albans, Vermont, Vitabooks, 1981), p. 8.
Esta afirmación es similar a la que hace Carl C. Pfeiffer, doctor en Filosofía y Medicina, en su libro acerca del zinc. Dice lo siguiente:
“Detesto tener que decirlo, pero en un adolescente con deficiencia de zinc, excitación sexual y excesiva masturbación, puede precipitarse la locura”.—Zinc and Other Micro-Nutrients [Zinc y otros nutrientes] (New Canaan, Conn., Keats, 1978), p. 45.